Tras la conformidad por parte del cliente del proyecto de conservación presentado y firmando un contrato de entrega, se inician las labores de conservación-restauración de la obra.
Cada obra es única y requiere un tratamiento específico en función de su estado de conservación.
Primero se anotan los detalles del estado de conservación en que llega la obra, como todos los daños que presenta desde el soporte hasta el estrato más superficial. En este proceso se incluyen fotografías de fluorescencia UV y reportajes fotográficos (macrofotografías y microfotografías).
A la vez que se inicia el proceso de conservación-restauración, se da comienzo al estudio histórico-artístico, que corre a cargo del Historiador del Arte D. Ramsés Torres, que realiza investigaciones históricas y bibliográficas, para datar las obras, así como intentar determinar su autoría.
Cuando ya tenemos toda información posible, se da comienzo a los tratamientos adecuados a cada obra, los cuales se rigen por una norma fundamental, el respeto al original. De esta forma se siguen las directrices que dictan las Cartas del Restauro así como el Código Deontológico que marca el trabajo del profesional de la conservación-restauración.
A lo largo de la intervención, se mantiene un contacto estrecho con el cliente para que pueda realizar un seguimiento de la evolución de los procesos, y por si fuera necesario alguna toma de decisión importante a lo largo de los mismos.
Al finalizar el proceso de conservación-restauración, se entrega la obra junto con una memoria de intervención explicando paso a paso la intervención realizada.